En términos generales, un casco sirve para limitar la presión de un golpe sobre el cráneo, pues por su forma, distribuye la carga sobre la mayor superficie posible y desvía los objetos gracias a su diseño.
Si revisas un casco con detenimiento, éste cuenta con un arnés interno que separa el cráneo de la superficie externa del casco unos 4 o 5 centímetros.
Esta distancia sirve como un amortiguador en caso de la caída de un objeto para que la energía transmitida no pase a la cabeza o cuello.
Se recomienda usar cascos ligeros, que no pesen más de 400 gramos, y deben sustituirse cada cierto tiempo, sobre todo cuando se decoloran o aparecen grietas visibles.
Es interesante compartir el significado que tiene el color de los cascos.
Casco rojo: trabajadores del cuerpo de bomberos.
Casco amarillo: trabajadores y operadores de movimientos de tierra.
Casco azul: trabajadores en el área de la electricidad, carpinteros y operadores técnicos.
Casco blanco: usado por los arquitectos, ingenieros, gerentes, supervisores y capataces.
Casco gris: para visitantes del sitio.
Casco naranja: también usado por electricistas.
Casco verde: para oficiales de seguridad.
En el caso de México, la NORMA Oficial Mexicana NOM-115-STPS-2009, titulada “Seguridad-Equipo de protección personal-Cascos de protección-Clasificación, especificaciones y métodos de prueba”, establece las características que debe tener cada casco de seguridad así como las pruebas para determinar su resistencia.